miércoles, noviembre 26, 2008

La importancia de delegar el voto

A raíz de esta noticia, aparecida en diversos medios de comunicación.

Nuestra desmejorada democracia adolece, en demasiadas ocasiones, de un necesario activismo que fomente y agilice la participación tanto del pueblo como de sus representantes. No nos resulta extraño, por tanto, presenciar escenas -en cualquiera de las dos Cámaras que conforman Las Cortes-, en las que la ausencia de parlamentarios, en el debate de algunas cuestiones de importancia, es una realidad tan palmaria como dramática.

La última propuesta en saltar a la palestra del Congreso de los Diputados viene presentada por la Comisión de Igualdad, y establece una posible reforma legal con el objetivo de que los cargos electos tengan la oportunidad de delegar su voto en casos de permisos de maternidad y de paternidad.

Uno de los fundamentos inamovibles que caracterizan a nuestros parlamentarios es la indelegabilidad de su voto, cuestión esencial que asegura la obligación del ejercicio de sus funciones y la independencia de sus decisiones. Cuestión que plantea la eterna disquisición de abordar una plausible reforma de alguna norma jurídica tal como la Constitución, la Ley Orgánica de Régimen Electoral o de los reglamentos internos, en cada caso, del Congreso de los Diputados y del Senado.

La Comisión de Igualdad puntualiza que dicha reforma sólo se referiría a bajas por maternidad y paternidad, por lo que no sería extensible a casos de baja por enfermedad. A pesar del matiz, no deja de ser patente que la aplicación de la propuesta sentaría una importante base y un claro precedente para la delegación del voto en otros posibles supuestos.

Una de las claves de la política social del nuevo siglo ha de ser la precisa conciliación entre la vida laboral y familiar y, en este sentido, los representantes tienen legítimo derecho a acceder a estas mejoras, tanto como los representados. Sin embargo, la escasa participación e implicación de las partes, en este caso los parlamentarios, en asuntos que requieren atención, convierte la propuesta de delegación del voto en una solución que puede acarrear, a largo plazo, un elevado coste político.

Quizá una solución más práctica, como la alternativa que presentó la portavoz en el Congreso de CiU, Mercè Pigem, del voto electrónico permitiría, en este caso, obtener las facilidades resultantes de una baja por maternidad o paternidad y, a la vez, atender las obligaciones que acarrea detentar un cargo parlamentario.

No hay comentarios: